miércoles, 19 de octubre de 2011

Atropello a la razón

Todo este pateticismo del amor eterno atravesado por inestabilidades estables, me causa risa, me río de mí, de nosotros, pero especialmente de mí. Qué mente creativa tengo, me permite inventarme un refugio deshabitado en el lejano más acá; me impulsa a fabricarme unos hombros sin sujeto, un oído sin martillo, yunque ni estribo; una espalda que jamás soportó al Cristo cayéndose. Y juego entonces a creer-me todas mis creaciones. [No mires ni toques el abismo, no otra vez]
Como también me he adherido y soy militante del apego emocional que siempre me había espantado. Ahora estoy totalmente jodida y pegoteada. Enredada en la telaraña de Alicia en el país de las Inmundicias, viajo narcotizada en este bosque profundo, lleno de altos árboles, rocas, vegetaciones abundantes, algunas, pocas, ninguna, flores silvestres.  Me ahogo de a ratos en este paisaje. Mi nariz no puede respirar el inexistente aire. Sangro. Sangro. Voy a reventar, voy a inmolarme, pero no ocurre. Nunca.
Y me sigo riendo.
¿Cómo se me ocurre ilusionar que hay algo de belleza en esta parafernalia?

sábado, 28 de mayo de 2011

Dios de la adolescencia

Ella sólo intenta ser feliz,
tropezando está.
Nadan hoy sus ojos entre el rimel
Su mentira, ya se hundió
en la hiedra

Ves, en su abismo
con sus enaguas quiere escapar
de la bruma
Tan apurada está
que atropella el viento en la avenida

Hoy su inútil pétalo secó
por su soledad
Y con las campanas se divierte
pensando que son de aquí
la muerte

Ah, si pudiera
si ella quisiera abrirse del ser
y la nada,
tal vez podría ver
que su Dios está en la adolescencia

Correrás al fin con frenesí
por tu libertad,
pero ni bien una lágrima caiga,
mil estrellas juzgaran que es en vano

Ya que Dios es un mundo
en el que amar es la eternidad
que uno busca
Y no lo pienses más
que tu mueca esta tan despintada...
                                                                            
                                                                                                     Luis Alberto Spinetta


* nada es casual
* hoy no
* ayer tampoco
* 7

viernes, 20 de mayo de 2011

Neurosis de viernes

Melancólica.
Retorcida.
Pendeja.
Suicida.
Fatalista.
Demandante.
Orgullosa.
Ácida.
Rabiosa.
Extremista.

Es difícil soportar mi cabeza en tu pecho, lo sé.
Dejar que acomode mis pesadillas en tu almohada, lo sé.
Penetrarme y poder interpretarme, lo sé.
Amarme, lo sé.

Y a pesar de todo, y del olvido, sigo siendo una niña.

viernes, 29 de abril de 2011

Protège Moi

Te acomodas junto a mí pero no puedes contemplar mi alma que no cesa de reflejar todo el barro, toda la tristeza y este cansancio infinito.
Dueles cada vez que la angustia aflora sobre la piel herida, temes acariciarla, respirarla, no te animas a espiar. Pero amor, ¿cómo comprenderás si no hay sangre? Debo sangrar. Tengo que sangrar para reparar. Más estigmas para no olvidar. Mírame ahora que estoy rebanándome entera. Necesito que lo entiendas.
El Cristo está cayendo encima de la espalda y estas piernas, que ya no dominan el arte del equilibrista desequilibrado, se van desvaneciendo hasta besar la tierra; los labios imploran un instante de levedad, el cuerpo reza por levitar.
Protège Moi
Protège Moi
Protège Moi


http://www.youtube.com/watch?v=ewd5y6Xk9qE

martes, 19 de abril de 2011

Sin título

Agua. Papeles. Tinta. Es todo lo que tengo. Ayuno pero no puedo recordar los mantras y me siento perdida. Otra vez. No encuentro ni siquiera la última bitácora. Pero no importa, debo escribir, sí, debo escribirlo todo.
Algo se quebró. Me crujen los huesos, se me estrujan, se frotan entre sí, se fagocitan, se acribillan. Pero ni el eco ni los estruendos te despiertan con esta canción de cuna gastada sonando de fondo por enésima vez.
En la hoguera. En el altar. En el abismo. En el huracán. Maldigo a todos los dioses, y a la ceguera de nuestros ojos por no poder rescatarme del incendio.
¿Y qué se hace con las cenizas, con el humo? ¿Y qué se hace con el todo fragmentado? Los legos de la mente dicen “volver a armar”.
Y yo que nunca pude terminar un rompecabezas me pregunto qué querrán decir.